21 nov 2007

Jesús nos liberta

El Espíritu del Señor está sobre mí, me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos” (Lucas 4.18)

Cuando se ha visitado una prisión, se siente una extraña sensación en el cuerpo cuando una pesada puerta de acero se cierra con un golpe; sabemos que millares de personas pasan años en cárceles; los que viven detrás de esos muros querrían ser libertados.

En el pasaje de Lucas 4, Jesús habla acerca de la libertad a los cautivos; cuando Jesús empezó su ministerio en Nazaret su ciudad natal, declaró “hoy se ha cumplido esta escritura delante de vosotros”; mucha gente que no ha estado encarcelada, vive detrás de “barras espirituales”; Jesús quiere liberar a esos cautivos por el poder de la cruz y mediante su resurrección, él puede hacerlo, todos pueden ser libertados.

Podemos ser liberados de la preocupación, ésta es una presión que reclama muchas víctimas, la preocupación se asienta como una nube oscura y cuantas personas viven en ésta situación; nos preocupamos por nuestros hijos, por nuestros empleos, por el coste de la vida, de esta forma va creciendo nuestra inquietud; Jesús dijo en Lucas 12, ¿quién de vosotros podrá con afanarse, añadir un codo a su estatura?, cierto es, por afanarnos no podemos crecer, ni siquiera vivimos más tiempo por preocuparnos, de modo que Jesús quiere librarnos de éste hábito que destruye la vida.

Podemos ser librados de la depresión, algunos viven vidas solitarias, la alegría desaparece de su rostro, porque son esclavos de la depresión, el rechazo atrae a la depresión, cuando el propio Jesús empezó su ministerio, su pueblo empleó hacia él, su rechazo, Lucas 4:28-30, de modo que muchos sienten el “aguijón” del rechazo, pero Dios nos acepta como somos, porque él nos ama y quiere lo mejor para nosotros.

Una de las razones importantes de la depresión, es el agotamiento que a veces se va produciendo en nuestras vidas, de manera que el Señor, hace una nueva invitación a todos los cansados “Venid a Mí, todos los que estéis cansados y trabajados, que yo, os haré descansar”, sólo en él encontramos paz, seguridad, confianza, bienestar; una de las razones fundamentales es refrescarnos de su Palabra, Dios nos habla a través de la misma, de esta forma mantendremos alejados la fealdad de la depresión.

También podemos ser liberados del enojo, por cosas que no tienen importancia, nos enojamos y es entonces fácil explotar por la presión del momento, en Efesios 4:26, nos dice: “enojaos pero no pequéis, no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo”, es necesario controlar nuestro enojo, pues éste reposa en el seno de los necios, nuestro enojo puede ser desviado hacia el bien, el estar junto a Jesús nos libra de tal pecado, pues así y no de otra manera debemos imitarlo en todas aquellas experiencias que tengamos en nuestras vidas.

María Segalés

No hay comentarios: