8 abr 2008

El cristiano y la ética moral

Decimos que los principios morales rigen el comportamiento de las personas. Estos demuestran si sus acciones o caracteres tienen un comportamiento humano, respetuoso, bondadoso, enemigo de la maldad. Estas actitudes nacen en el espíritu del hombre, no en lo material o en lo jurídico. Es así como la moral es un conjunto de valores espirituales, únicos y capaces de hacernos saber si las normas de conducta humana son buenas y aceptables y si no lo son.

Pero la mejor forma de saber que es moral, es conocer a Jesucristo, el es hombre perfecto, por tanto si imitamos a Jesús, estamos imitando su moralidad.

Ser un buen cristiano, es ser un hombre apegado a los valores morales y la vida junto a Cristo entrega los valores morales que se necesitan para serlo. En efecto solo gracias a El, se puede encontrarle sentido a la vida recta que exige los principios de la moralidad.

Creo que se equivocan, los que aseguran que la moral es un conjunto de normas que se cumplen como mandatos, como si fueran puntos de unas ciertas reglas que debe cumplirse porque los ha establecido la razón de los hombres. Sin embargo creo que están en lo cierto los que aseguran que la moral es la esencia, lo característico, y lo más importante de todo lo que no enseño Jesucristo como modo de vida temporal y en preparación para la vida eterna.

Es por tanto el seguimiento de Jesucristo, la adhesión incondicional a El, vivir como El nos enseñó y compartir todos nuestro hermanos el modo de vida que el nos instruyó, la esencia de lo que debe entenderse por valores morales.

[Jn 14, 6] Jesús contestó: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí. Estas palabra de Jesucristo ratifican lo expuesto, en definitiva, la vida en Cristo, es la vida en la moral de todo cristiano.

Al reconocer que somos hijos de Dios, aceptamos que todo lo que recibimos viene de El, por tanto las leyes morales, son propias del hombre por que las recibimos constantemente de Dios en nuestros corazones, el nos transmite su natural inclinación a ser bondadoso y a buscar el bien, que es la forma de vida verdadera para llegar a la vida eterna.

Durante años el hombre vagó por el mundo sin cumplir las leyes santas de Dios, entonces El, como Padre Bueno, nos envió a su único Hijo para iluminarnos y liberarnos de la maldad y enseñarnos como debe ser el modo de vida del hombre para llegar a tener la gracia y la oportunidad de la vida eterna. Entonces Jesús, nos enseño el cuidado que debemos de tener con los fariseos, posturas que hasta hoy se siguen repitiendo. En todo caso Jesús nos enseño que las leyes de Dios, no solo se deben proclamar, además se deben cumplir, y que son hipócritas los que las proclaman, pero no hacen de ella su modo de vida.

Es así, como el hombre de valores morales, es capaz de cumplir las leyes de Dios, de oír y de seguir su voz, por tanto de entender sin confusión todo aquello que hizo Jesucristo, y su dolor al redimir al hombre y liberarnos de la maldad.

El seguir a Cristo, no es privilegio de unos pocos, es un llamado para todos los hombres del universo, por tanto el cumplimiento de los valores morales es de toda la humanidad, porque todos somos llamados a vivir santamente, todos estamos invitados a recorrer el camino que nos lleva a la casa del Padre.

Las características propias que distinguen al hombre bueno, lo que le hace libre de la maldad, lo que le hacer ser un hombre digno del amor de Dios y merecedor de todas su gracia, es hacer una vida asemejada a la de Cristo.

Nuestro modo de vida en Cristo, es de cuerpo y alma, no se puede separar, por tanto nos corresponde hacer de nuestro cuerpo un valor moral, un valor que no se puede transar, ni menospreciar, y que debe ser digno hogar de Dios, porque el lugar favorito para habitar de El, es el corazón de los hombres.

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