16 oct 2007

Historia del himno "Sublime Gracia"

I. Sublime gracia del Señor que a un infeliz salvó; fui ciego, mas hoy miro yo, perdido y Él me halló. II. Su gracia me enseñó a temer; mis dudas ahuyentó; ¡oh, cuán precioso fue a mi ser cuando Él me transformó! III. En los peligros o aflicción que yo he tenido aquí, su gracia siempre me libró y me guiará feliz. IV. Y cuando en Sión por siglos mil brillando esté cual sol, yo cantaré por siempre allí su amor que me salvó.

Es un poema, un Himno litúrgico, una canción muy conocida en el ámbito del cristianismo, entonada en casi todas las denominaciones cristianas.

Este himno ha sido muy popular en la comunidad cristiana mundial, porque refleja la Doctrina de la Gracia divina que Dios demuestra hacia los hombres, basada en 1ª Crónicas 17:16 cuando el rey David se maravilla de que Dios le haya escogido a él y su casa, para gobernar sobre Israel.

John Newton nació en Londres el año 1725. Su padre fue un capitán. Su madre, una devota mujer que dándose cuenta que la enfermedad que la aquejaba pronto iba a acabar con su vida, enseñó a su hijo a conocer la Biblia a muy temprana edad.

Cuando John tenía 7 años, su madre murió y él se convirtió en un niño del camarote de un barco pesquero. Sus experiencias a través de los años en el mar fueron peligrosas y emocionantes, una vez fue embriagado y llevado como parte de tripulación a la fuerza de un Barco de Guerra.

Allí fue cruelmente tratado siendo golpeado y abusado. Luego de esta experiencia se enroló en un barco de esclavos y con el tiempo llegó a ser el capitán. Durante todo este tiempo John vagó lejos del Dios de su madre y de la Biblia. Más tarde escribió "Con frecuencia vi la necesidad de ser un cristiano sólo para escapar del infierno, pero amaba el pecado y no estaba dispuesto a abandonarlo".

Cada año caía más bajo en las garras del pecado y pronto estaba en tal estado que la tripulación lo despreciaba, considerándolo sólo un animal.

En una ocasión, el borracho capitán cayó por la borda pero sus hombres no hicieron mucho esfuerzo para rescatarlo. Simplemente tiraron un arpón que se clavó en su cadera y tiraron de la cuerda. Fue levantado como si hubiera sido un pez grande.

Debido a este suceso, John Newton cojeó por el resto de su vida, pero como él diría. "Cada paso es un constante recuerdo de la Gracia de Dios sobre este desventurado pecador".

Sublime Gracia (Amazing Grace) es en realidad la historia y testimonio de la vida de John Newton. Fue en 1779, mientras trabajaba en otro himno con William Cowper, autor de "Esta es una fuente llena con Sangre" que él escribió esta gema de himnología usando como su título "Fe, revisión y expectación".-

John Newton, el fiel cristiano anglicano y autor de una de las melodías evangélicas más bellas de la historia descansó con el Señor el 21 de Diciembre de 1807.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que preciosa historia la de este hombre, llena de pasión, dolor y esperanza cierta. Algunos de los hermanos que hemos llegado a la fe ya de adultos nos sentimos muy identificados con la vida de John Newton. Teníamos vidas alejadas de Dios, muy difíciles y en algunos casos muy trágicas. Pero como en el caso de este hombre, Dios nos alcanzó con su "sublime gracia" y nos rescató de todo ese dolor, sellándonos para esa salvación tan ciertísima que sólo en Él tenemos.

La última parte del himno es un constante consuelo en nuestras vidas y poder entonar esas palabras en medio de las dificultades de la vida diaria, es un gran aliento y estímulo. Por tanto, vivimos anhelando ese precioso Sión en el que estaremos brillando cual sol por toda la eternidad junto a nuestro amado y fiel Dios. Allí ya no habrá más llanto ni dolor y enjugará Dios toda lágrima de nuestros ojos, como dice su Palabra.

Una gran bendición para todos los hermanos y en especial para los que están en dificultades, recuerda que ese Sión está a la vuelta de la esquina, ánimo.